El paso que marca la vida y obra de Teresa Guasch en la juventud e infancia de ayer y hoy.


Noviciado “Madre Teresa Guasch” Santiago – Chile

Enedina Navarrete Henríquez – Novicia  de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José.



Centenario Madre Teresa Guasch Toda

En el marco de los cien años de la pascua de la Madre Teresa Guasch y aprovechando las clases de pintura que estuve recibiendo,  se me encomendó  la difícil pero hermosa tarea de representar a través de la pintura una obra conmemorativa de dicha celebración. Es así como gracias a la ayuda de la profesora María Teresa Aravena Roca y la motivación de las mujeres que participaban en el taller conmigo como Ana María Schneider Riquelme y Gloria Carrasco comencé el cuadro.

Mi intención era representar de alguna manera el paso que marca la vida y obra de Teresa Guasch en la juventud e infancia de ayer y hoy. Con esta intención fui repasando algunos de los hitos mas importantes del origen de nuestra Congregación y consideré el Santuario de Montserrat uno de los más importantes, ya que solo una vez encomendadas a la Madre de Dios, nuestras Madres Fundadoras pudieron llevar a cabo la dificultosa obra que Dios les inspiró y cuyas asombrosas dificultades todas conocemos.

Del mismo modo pensé en la importancia que tuvo para la Congregación la llegada al nuevo continente, donde su obra fue solicitada con gran interés por diferentes obispos que las recibieron tanto en Republica Dominicana, Chile y Colombia. Seguido de este razonamiento, personalmente consideré que la cordillera de los Andes es a su vez uno de los signos más característicos del sur de América, una gran barrera geográfica que augura las dificultades que tendrían las Hermanas al venir a estas lejanas tierras y que representa cómo las Madres Fundadoras han traspasado mares y cordilleras llevando su obra y misión a los niños y jóvenes más necesitados.

Como soy chilena y de la zona centro sur del país, considero que el árbol autóctono da un carácter nacional y personal a la pintura, la araucaria como árbol  milenario guarda en su altura tantas historias como hechos importantes de mi patria, incluida la influencia de la Congregación en ella, por eso me parecen importantes a resaltar.

La elaboración de este cuadro me llevó bastante tiempo, debido a lo limitado que contaba para dedicarme a él, pero finalmente, después de mucho esfuerzo, dedicación y cariño fue entregado a la Hermana María Anunciación Gil y ella lo ha dispuesto en la sala de comunidad. Algo que me parece muy delicado de su parte, ya que despertará la curiosidad en quienes lo miren rápidamente y será ocasión de dar a conocer la bella historia de dos mujeres fuertes y sensibles a la voluntad de su Señor, que han llevado su carisma a través de generaciones y continentes, con sencillez, humildad y mucha paciencia. Convirtiéndose a través del tiempo en referentes para la mujer de hoy.

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